viernes, 30 de diciembre de 2011

Entre publicaciones y encuentros: Canarias 1400 y Entidades varias.


Hace escasas semanas que un grupo de ilustradores del archipiélago canario decidió constituirse en colectivo, teniendo en las redes sociales su germen y punto de encuentro. En apenas dos meses, la asociación ha crecido hasta llegar a más de doscientos artistas. En diciembre ha visto la luz su primer trabajo, un libro que bajo el título de “Canarias 1.400” resume el afán emprendedor y el talento de todos sus componentes, interesados además en hacer visible la historia de la Canarias prehispánica.

Tal y como cuenta uno de los promotores de la asociación, Felipe Lorenzo, el “ Colectivo de Ilustradores Canarios”, nace del encuentro casual en las redes sociales de una serie de personas con intereses comunes y que decidimos unir nuestros talentos en un proyecto conjunto”. La idea se gestó en el mes de septiembre con la creación de un grupo en facebook y 3 meses más tarde ya cuenta con más de doscientos profesionales y aficionados a la ilustración de las siete islas. Además ya cuentan con una página web propia del colectivo: http://www.ilustradorescanarios.com.

El primer fruto de esta unión es “Canarias 1.400” que se encuentra ya a la venta en esta página: http://canarias1400.com/, y en varias librerías del archipiélago. Se concibe como un libro en el que “realizamos una mirada al pasado del Archipiélago, con ojos actuales. Una revisión histórica y mitológica narrada de una forma fresca y joven; un viaje hacia una cultura desconocida de un mundo perdido”. El objetivo final no es otro que “poner en valor y visibilizar la historia y cultura de los aborígenes canarios antes de su conquista e incorporación al reino de Castilla. Comics, Relatos e Ilustraciones se conjugan formando un libro heterogéneo donde 30 jóvenes artistas nos muestran su visión particular a través de más de 80 páginas. Donde jóvenes nacidos en el archipiélago echan la vista atrás y rinden un homenaje al pasado que ha construido su presente, de la mejor manera posible: su inigualable arte.

Y, para todo aquel que quiera comprobarlo de primera mano, o busque algún detalle navideño de última hora, del 2 al 5 de enero, el Colectivo de Ilustradores Canarios presentará “Canarias 1400” al gran público, en el Centro Comercial 3 de Mayo, de Santa Cruz de Tenerife. El día 2 a las 19:00 horas se realizará la presentación del libro, mientras que el resto de días se llevarán a cabo otras actividades tales como venta y firma de ejemplares y dibujo en vivo. Por supuesto, todo el que quiera o pueda acercarse a mirar, saludar o comprar será excepcionalmente bien recibido. ¡Os esperamos a todos! Porque además, LAS TRES Entidades estarán presentes en tan magno acontecimiento. Así que vosotros sabréis si queréis perdeos semejante evento.

Eso sí, colgaremos pruebas gráficas de semejante efeméride, no os preocupéis.

martes, 27 de diciembre de 2011

Midnight Nation: Cuestión de géneros.


Si uno lee el primer capítulo de Midnight Nation, sin saber en absoluto de qué trata, puede pensar que está ante otro cómic policíaco más. Unos crímenes extraños, un protagonista que intenta resolverlos, y que se acerca demasiado … todo dentro de las normas del género. Hasta que llegan las dos últimas páginas, y especialmente la splash page final … y todo se le desmonta por completo. Ese final le golpea a uno en la cara y le hace pensar “maldita sea, pues ha jugado conmigo. Ahora sí que me ha atrapado”.

Sin embargo, si uno se para a intentar explicar el argumento de “Midnight Nation”, también puede dar lugar a error: “Un hombre que lo pierde todo de la noche a la mañana se ve obligado a huir y luchar contra los no-muertos que se cruzan en su camino, para evitar convertirse en uno de ellos y conseguir así la salvación”. No, no estamos ante “Los Muertos Vivientes” de Kirkman. Tampoco ante el “Apocalipsis Z” de Loureiro ni los “28 Días Después” de Danny Boyle. No estamos ante una obra enmarcada en el género zombie … y sin embargo algo de eso tiene.

Hay mucha influencia de religiones y creencias varias y no por ello podríamos catalogar la obra como “de temática religiosa”. Tiene momentos de incipiente romance, momentos de comedia y muchos momentos más propios de una road - movie que de cualquier otra cosa. Instantes y personajes verdaderamente terroríficos y no es para nada una obra de terror. Paisajes de fantasía y no trata en absoluto de eso.

Entonces, ¿de qué trata “Midnight Nation”?


“Midnight Nation” es la historia de David y su viaje en busca de la salvación. Atrapado de manera desafortunada entre dos mundos, deberá dejarse guiar por la ya hastiada y desencantada Laurel antes de que se acabe convirtiendo en lo que más teme. Es una historia que toca diferentes temas y géneros, para salir sorprendentemente airosa en el resultado global. El cómic establece la distinción de dos mundos claramente diferenciados: el de los muertos y los no-muertos. Sin embargo, crea un estado intermedio, una “Nación de la Medianoche”, por la que sólo unos pocos pasan, y en la que David queda atrapado temporalmente, a la espera de ver hacia qué lado se decanta la balanza.

El guión es de J. M. Straczynski, escritor proveniente del mundo de la televisión y el cine, en uno de sus primeros trabajos para el género. Un J.M.S. que en esos momentos todavía gustaba de dar un final coherente y cerrado a sus historias, nos lleva de la mano de David y Laurel a través de una América fantasmal, embarcándonos en un viaje que tiene todas las papeletas para acabar en tragedia desde el mismo punto de partida. El guionista estructura de manera clara y perfecta su historia, dejando cada cabo atado y bien atado, sin que nada quede sin ser resuelto y explicado. De las labores artísticas se encarga un Gary Frank que aquí se marca uno de los mejores trabajos de su carrera, sin ser precisamente una historia que dé para el lucimiento del dibujante. Pocos personajes principales, escasas escenas de acción … y aún así, Frank dota a los personajes de una personalidad y unas emociones que consiguen la máxima empatía por parte del lector cada vez que éstos mantienen una conversación y Straczynski profundiza en sus traumas y problemáticas varias.


Al final, no importa en qué género se puede englobar “Midnight Nation”. Lo único que importa es que son 12 capítulos de una excelente y valiente historia, llevada a cabo por unos autores que volverían a juntarse años después para dar otra nueva joya del género como sería “Supreme Power”. No importa que sea o no un cómic de terror, de amor, de religión o de polis y cacos. Lo único que de verdad importa es lo que debería ser norma y cada vez es más difícil encontrar en un tebeo: que “Midnight Nation” es una magnífica historia que merecía ser contada.


lunes, 26 de diciembre de 2011

Mensaje navideño-musical de Entidad


Que paz pa' tós y eso. O eso nos canta la señorita Entiwoman en los albores de este navideño día.
¡Enjoy mientras nosotros despertamos de la clásica hibernación navideña!






PD: ¿Qué? ¿A que era para "enjoying it" que da gloria, eh?

sábado, 24 de diciembre de 2011

Hay tradiciones que nunca cambian. Y luego está ésta.


Antaño eran meros cameos, como muchos ya recordaréis. Que si un Quijote por aquí, un Hulk por allá.

Pero la locura aumenta con la vejez, y ahora, el Belén friki es friki con todas las letras. Un portal en el que María y José son Pocahontas y John Smith. Y el elegido es, como no, Son Gohan, en una bella imagen paradisíaca. ¿Mula y buey? Por favor, donde estén una cabra y un ornitorrinco ...


Después ya depende del gusto del consumidor. Puede uno poner Street Sharks o no, Tintines ...ya sabéis, lo que más os plazca.



Lo mismo ocurre con los Reyes Magos. ¿Que quieres poner unos Reyes Magos? Bien. Pero, ¿por qué no darles un toque ... diferente? ¿Por qué no poner a héroes verdaderamente mágicos? ¿A personajes capaces de todo? ¿A Green Lantern, Detective Marciano y al Caballero Oscuro?


Lo dicho, aquí se respetan las tradiciones, que para herejes ya estáis vosotros. Y por supuesto, que cunda el ejemplo. Que, como siempre, colgaremos las postales de nuestros discípulos más aplicados.



Ah, y no os cebéis demasiado esta noche, que cada vez hay menos Entifans y no podemos perder ninguno.


martes, 20 de diciembre de 2011

Top Ten: Canción Triste del Distrito 10.


Eh, tú, chaval: ¿Cansado de las típicas series detectivescas en las que los buenos siempre atrapan a los malos? ¿Aburrido de que todas sean iguales, y ninguna se salga del patrón ya marcado? ¿Acaso no estás hastiado de ver a los típicos protagonistas de buen físico y neurona difusa resolver crímenes más enrevesados que el jaleo que se trae entre manos la dichosa prima de riesgo y demás familiares peligrosos? Tú lo que quieres es algo fresco, ¿verdad? Algo nuevo, divertido, original y dinámico, que consiga sorprenderte de verdad, con giros de guión que tengan un sentido y personas que parezcan personas auténticas y no cyborgs programados para simular sentimientos. Si ese es tu caso, no pases de página, que tengo algo que contarte.

¿Y tú, zagal? ¿No te sientes agotado al leer día sí, día también, cómo se repiten los mismos argumentos en tus tebeos favoritos? ¿ Cómo el bueno pelea contra el malo, pierde pero luego acaba ganando siempre? ¿No te llega a molestar que nunca nadie se atreva a salirse lo más mínimo del esquema? ¿Que alguien tenga el coraje de atreverse a intentar hacer algo diferente? Ni mejor ni peor, sólo distinto. Ya sabía que tú eras de los míos. No te pierdas tampoco, que tengo otra noticia para ti.

¡Muchacha en edad de merecer! ¡Acércate un momento, que quiero contarte una cosa al oído! ¿Tú sabes quién es Alan Moore, verdad? Sí, ya sé que no te llama nada la atención, que es demasiado sesudo para tu gusto. Que no quieres leer más historias de piratas sin sentido que no llevan a ninguna parte. Que ya con Watchmen y V de Vendetta has tenido suficiente como para meditar durante dos vidas. Lo sé, lo sé. Pero, ¿y si te digo que esta vez es diferente?



¿Y si os digo a los tres que la solución a vuestros problemas radica en un mismo lugar? Si buscáis una solución a vuestros problemas, tenéis la comisaría de “Top Ten”. ¿Buscabas nuevos relatos policíacos que se salieran de lo normal? Sí, tendrás casos de asesinatos y violaciones, pero protagonizados por dioses nórdicos o perversos Santa Claus, e investigados por irascibles gigantes azules o perros con cuerpos robóticos. ¿Buscabas novedades en tus tebeos de siempre? Pues aquí tienes grandes historias que, a la vez que innovan y refrescan el mundillo de la historieta, dan con un tono la mar de clásico y agradable. Y sí, ya sé que tú no querías volver a ver a Alan Moore ni en pintura, pero te garantizo que éste no es el Alan Moore del que huyes despavorida. En este tebeo, así como en los otros de su misma línea editorial, el escritor y prestidigitador británico de barbas extremas se dedica a narrar historias vacías de ese sentido de la trascendencia que solía inundar sus textos, para dejarse llevar por un ritmo más frenético y unas historias más pegadas a la calle, dentro de la fantasía que las protagoniza. No en vano hablamos de historias de una comisaria de policía en una ciudad, Neópolis, en la que todos son seres superpoderosos. Sin embargo, eso no les quita ni un ápice de humanidad, ya que también han de pagar una hipoteca, alimentar a sus hijos y llegar a fin de mes. También se enamoran, se desenamoran, se enfadan, se preocupan y sí, se mueren. Moore no trata de venderte la segunda venida de Jesucristo en el Noveno Arte. Para eso ya está Mark Millar. Trata, sencillamente, de hacerte pasar un rato de lectura entretenido y agradable, acompañado por las ilustraciones cargadas de hiperdetallismo que crean para la ocasión Gene Ha y Zander Cannon.

Así pues, prepárate para ver un nuevo mundo a través de los ojos de la recién llegada Robyn Slinger. Un mundo repleto de tramas policíacas diferentes a lo ya visto, en las que puede pasar cualquier cosa. Unas historias muy distintas a lo que cada mes te ofrecen las mismas editoriales de siempre. Un Alan Moore que escribe al extraordinario nivel al que nos tiene acostumbrados pero ciñéndose a la máxima de que, incluso en los pensamientos más profundos y las referencias más metalingüísticas, el cómic es, ante todo, entretenimiento.



No seáis tímidos y pasad al Distrito 10. Pero no miréis mucho al gigante azul, no es muy amistoso que digamos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Cómics para principiantes: El Petirrojo Malquerido.


Tim Sale no lo entendía. Venía de ilustrar los guiones de su buen amigo (y hoy en día defenestrado) Jeph Loeb, una maxiserie heredera en cronología y tono del “Año Uno” de Miller, con un hombre murciélago aún en sus inicios como justiciero y defensor de Gotham City. Una historia típica del guionista, con crímenes y delitos varios llevados a cabo por un misterioso individuo y en la que todos son sospechosos por descabellado que parezca a priori. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurriría con posteriores trabajos del guionista, como en su Hulk o en Batman: Silencio, el desarrollo de la susodicha trama resultaba más que satisfactorio. En “El Largo Halloween”, Loeb se centraba en los pilares básicos del universo del caballero oscuro, y muy especialmente, en la relación personal y profesional entre el triángulo formado por el héroe, el comisario Gordon y el fiscal del distrito, Harvey Dent, empeñados en limpiar su ciudad de la escoria que desde hace años pudre sus calles. Sale se muestra especialmente a gusto ilustrando esta historia de asesinatos, mafiosos y personas que cada día dudan si cruzar la línea moral que se han autoimpuesto para no caer en el mismo pozo de locura en el que se encuentran perturbados como el Joker. Además, Loeb le permite lucirse y dibujar a la plana mayor del universo batmaníaco, desde una juguetona Catwoman, pasando por El Espantapájaros, el Sombrerero Loco, y rematando la jugada con un Harvey Dent que al fin ha sucumbido ante los varapalos que le impiden hacer bien su trabajo. Todo tiene un deliberado tono noir, alejado por completo de la estética “camp” de la teleserie sesentera, que tanto Loeb como Sale parecen disfrutar como enanos al llevar a cabo.



Sin embargo, para el guión de la secuela, el escritor propone incluir en su desarrollo el pilar de la batfamilia que, para bien o para mal, falta en “El Largo Halloween”. En “Victoria Oscura”, que así será titulada, se narrará la aparición de Robin, el colorista y adolescente ayudante de Batman. Y Sale no lo comprende. No lo comprende porque, bajo su punto de vista, Robin sobra en el oscuro universo del héroe, y mucho más si hablamos del tono que Loeb ha utilizado en la primera parte, donde los únicos personajes coloristas son los villanos, mientras que el resto parecen salidos de “Muerte entre las flores”. No hay manera de que en su mente encaje la presencia de un jovenzuelo en mallas rojas revoloteando alrededor del Señor de la Noche. Hasta que llega el guión y entonces, Sale comienza a verlo con otros ojos.

En “Batman: Victoria Oscura”, Jeph Loeb y Tim Sale continúan en el mismo punto en el que acabó “El Largo Halloween”. El héroe debe lidiar con las familias mafiosas que quieren dividirse el pastel dejado por la ya débil familia Maroni, con la revelación de la identidad de “Festivo” (el asesino en serie que asoló la ciudad a lo largo de la historia anterior), pero sobre todo, con la conversión de un buen amigo en un criminal más de su ya extensa galería. A todo esto se sumará la aparición de un nuevo asesino que tiene a la policía de Gotham en el punto de mira, y de un muchacho huérfano llamado Dick Grayson en el que Bruce Wayne se verá irremediablemente reflejado.



La estructura utilizada por el escritor es similar a la empleada en “El Largo Halloween”, pero los objetivos y resultados finales son distintos. Si en la anterior historia, se utilizaba la ola de crímenes de “Festivo” para forzar la relación del trío protagonista, en esta cada uno va por su lado. En “Victoria Oscura”, lo importante es observar cómo cada uno reacciona ante la conversión de Dent en Dos Caras, y cómo la aparición de Robin llega en el momento justo para evitar que Batman no pierda progresivamente su humanidad. En Robin, Bruce ve al niño que un día fue, y al que debe ayudar para que no acabe sumido en una red de venganza que lo llevaría a ser un nuevo criminal más. Tim Sale, en lugar de hacer de Robin una mancha de color inconexa con el resto, aprovecha el contraste que el personaje crea con su mentor y lo usa a su favor, creando imágenes de un poder extraordinario, como las de la escena de la muerte de los padres de Dick. Sale se muestra en esta secuela más inspirado que en la anterior, reforzando uno de los mejores guiones del normalmente vilipendiado Jeph Loeb, quien en esta ocasión teje una trama realmente entretenida. Una secuela a la altura de la original, gracias a la cual muchos podrán comprobar que Robin puede ser un excelente aporte al ambiente urbano de Gotham City si detrás tiene un guionista que sepa cuál es su verdadero papel como escudero del Caballero Oscuro.


PD: No es una vuelta a la normalidad, pero oye, se va intentando, que ya es algo.