viernes, 16 de noviembre de 2007

ERgencias

Aunque parezca mentira, cuando esta serie irrumpió en la parrilla televisiva norteamericana, era una completa novedad: nunca se había narrado con tanto realismo las vivencias, vidas y relaciones que se desarrollan en un hospital: fue el primer drama médico de la televisión, lo cual parándonos a pensar un poco es algo muy a tener en cuenta, ya que la gran mayoría de los éxitos televisivos del momento vienen del boom que supuso Urgencias en su época, y que no ha ido sino ampliándose cada vez más, estando presente más que nunca en este momento: los tres CSIs, House, Scrubs, Nip/Tuck, Turno de Guardia, Saved, Rescue Me y muchas otras series de estos últimos 10 años muy probablemente no existirían si no hubiera sido por ese “efecto Urgencias” al que tanto deben, y de la que tanto beben.

Si por algo destacó en su momento (además de, para el sector femenino y parte del masculino, George Clooney) fue por una lograda mezcla entre casos médicos y las relaciones que se entretejen entre el equipo, con incorporaciones continuas de novatos, deserciones, y (muchas) relaciones que avanzan más allá de lo meramente profesional. Con un primer episodio antológico, que presenta de una manera sencillamente perfecta a los personajes principales y el estilo que pretende seguir la serie ideada por Michael Crichton (¿se escribe asín????) y adornada con la pegadiza sintonía de James Newton Howard (tan asociado a la filmografía de M. Night Shyamalan como Danny Elfman lo está a la de Tim Burton), se comienza a construir con una inusitada coherencia y firmeza una serie que mantendrá un nivel constante durante casi 9 temporadas, y cuyos personajes principales se convertirán casi en parte de la familia: El carismático y añoradísimo Dr. Green (Un brillante Anthony Edwards que está inmenso en Zodiac, la última obra de arte de David Fincher), el huraño Dr. Benton, un principiante Dr. Carter, que se irá convirtiendo poco a poco n el alma y el espejo de la serie, el mujeriego Dr. Ross (el ahora archiconocido George Clooney), la enfermera que interpretaba Juliana Margulies (cuyo intento de suicidio representó el punto de partida de la serie (y no, no me acuerdo el nombre de su personaje, jeje)) o la Dra. Lewis. Asimismo, en sus comienzos ya se dejaban ver actores como el ahora prestigioso William H. Macy (cine independiente) o la que posteriormente será la Dra. Chen, Ming-na. Incluso, y al igual que recientemente ha sucedido con CSI Las Vegas, se convirtió en una de las favoritas del sector cinematográfico hollywodiense, teniendo también a Tarantino como director en uno de sus episodios (algo que también hizo en Alias, en la que incluso actuó).

A todos estos personajes no irán sino añadiéndose muchos otros que mantienen, si no elevan, el nivel de la serie, como la antipática y realista (aparte de homosexual) Dra. Weaver, la cirujana inglesa Kordey, el genial Dr. Romano (que, a pesar de caerte fatal al principio...¡oye! ¡pues que uno le acabó cogiendo cariño (y continúo pensando que lo de su muerte, aparte de ser de una falta de ideas espeluznante, es de pura y dura mala leche de los guionistas)!), el anodino Dr. Maluchi, o los que luego se acabarán convirtiendo en cabecillas de la siguiente generación de Urgencias, la 1º enfermera y luego Dra. Abby Lockhart (que tiene una de las historias más deprimentes de la serie) o el muy apreciado (al igual que Carter) por la Entidad Femenina, el Dr. croata Luca Kovac (Goran Vinsjic), generación que se irá completando con actores de la talla de Parminder Nagra (“Quiero Ser Como Beckham”, con un personaje parecido al primerizo Carter), Mekhi Pfifer (o como se diga), Linda Cardellini (“Brokeback Mountain”) o Shane West (“La Liga de los Hombres Extraordinarios”), generación que, con la muerte del Dr. Green, encabezará un ya crecidito Dr. Carter.

Y es precisamente esta trágica muerte la que marca el punto álgido de la serie: en estos episodios, en especial en el que se narran los últimos días del buen doctor (que probablemente sea lo que más me ha emocionado en una pantalla de TV nunca, y eso que no soy un especial fanático de Urgencias), se llega a una maestría a la hora de realizar la serie que es sencillamente insuperable para cualquier otra serie, o incluso para ella misma, la cual, a partir de esa temporada, no puede sino bajar mínimamente el listón. Es un punto que probablemente hubiera podido ser el final perfecto para la serie, con un apesadumbrado Carter recogiendo al final del episodio el testigo como líder del equipo médico, que a estas alturas es el actor que más tiempo lleva en la serie, el único que queda de la generación que comenzó. Sus primeras temporadas se convierten en una lección maestra de cómo lograr una serie de calidad incuestionable, que servirán de base para muchas posteriores.

A partir de este punto, no es que el nivel de calidad baje excesivamente, pero sí que se cae en una monotonía que hasta ese momento se había evitado inteligentemente (recordemos que hablamos de que los primeros síntomas de cansancio surgen...al 6º o 7º año!!!), debido principalmente a la ausencia de prácticamente el total del grupo inicial, con la salvedad de Carter, que aún así tiene cada vez un carácter más apagado y apesadumbrado, lo que le hará marcharse junto a Kovac de misionero a África, donde encontrará a un amor tan romántico como empalagoso (Thandie Newton, “Crash”), y de la que esperará a un hijo que, desgraciadamente para la relación, no llegará a nacer vivo. Aún así, el final de la temporada que TVE dejó inédita en su momento (algo que, junto con lo que han hecho con series como Smallville, Perdidos, Everwood u O.C., es de auténtico juzgado de guardia) y retomó de manera sibilina (sin anunciarla siquiera) suponía el definitivo adiós del Dr. Carter (Noah Wyle), convertido casi en el símbolo de la serie, y la despedida también definitiva de esa generación que inició el milagro (por cierto, que el inicio de la nueva temporada en EEUU, ya sin Carter, supuso por primera vez en la historia de la serie un descenso en el nº de espectadores, provocado en gran parte por la aparición de dos series de similares características y temática: Anatomía de Grey y House).

Hablando de esto, posiblemente habrá gente que piense que, en el principio del artículo, donde comentaba las series que le deben algo a Urgencias, me he olvidado de Anatomía de Grey o de la española Hospital Central. Pero es que esas no le deben algo a Urgencias: es que le deben A-B-S-O-L-U-T-A-M-E-N-T-E T-O-D-O. En el caso de la primera, se basa por completo en esa primera etapa, pero traicionando la idea esencial de la serie, convirtiéndolo en un insoportable culebrón venezolano, en lugar de un drama médico que era ER, contando con unos personajes faltos por completo de carisma (a excepción del personaje de Sandra Oh) y que pretende, sin disimularlo en ningún momento, ser su sucesora, algo que no consigue por no llegar a unas cotas mínimas de calidad, pero sobre todo de humildad. El caso de la segunda no sé ni si merece ni siquiera mencionarlo, porque se trata del caso más evidente de plagio total, absoluto y descarado de una serie de TV que he visto NUNCA. A pesar de no seguir la serie, sé como van las tramas más o menos, y es algo de vergüenza ajena el como copian sin pudor alguno las tramas personales de ER, pero completamente paso por paso: tumor cerebral, matrimonio de lesbianas y muchísimas otras de las que ahora no me acuerdo (tenía una lista por ahí pero no sé donde anda). Conozco gente que la sigue, y lo respeto (cada uno tiene sus gustos), pero un día me gustaría que me dijeran razones objetivas (y no, no me vale la excusa chorra de “porque Hospital Central” es española y ER es americana, y yo no puedo with the american people”, sino empíricas, comparando una con otra, y que hayan visto más de medio episodio de cada una), porque tengo curiosidad de cómo esa serie puede tener tanta audiencia (bueno, salvo por la difunta “Aquí no hay quién viva, aquí no, aquí no, ¡huh!”, me sorprende de cualquier serie española), manteniéndose siempre en horarios decentes, mientras que ER está siempre relegada a horarios cada vez más intempestivos (de todas formas, lo del plagio de series americanas es algo cada vez más de moda en España, como se ve con Mujeres Desesperadas =Sexo en NY = con dos tacones = a la serie aquella de Antena 3, de un grupo de “amas de casa aburridas”, en la que la bióloga Ana Obregón hacía de presidenta de España, copiando descaradamente la serie norteamericana “Mrs. President”, con Geena Davis como presidenta de EEUU (= El Ala Oeste de la Casa Blanca?).

Resumiendo que es gerundio. Hablar de Urgencias es hablar del máximo exponente de la calidad que podemos encontrar en la cada vez mejor denominada caja tonta. Una serie visionaria y precursora de la situación actual televisiva, con temporadas antológicas y episodios magistrales (la muerte de Lucy, la de Green, el episodio con Ray Liotta, el descubrimiento de la adicción de Carter, su viaje a África, el accidente de Romano con el helicóptero (de poner los pelos de punta, créanme), la aparición de la madre de Abby y la historia de su hermano, etc.) que son la mejor escuela para todo aquel que quiera hacer alguna serie algún día. He dicho.


2 comentarios:

Agustín dijo...

jejje, primero!!! bueno, no hay duda que es la mejor serie de médicos y es muy bueno que haya sido la primera en estrenarse, porque ER emergencias era excelente, lo único malo, fue que la serie fue decayendo A MEDIDA QUE LOS PERSONAJES ABANDONABAN SUS PAPELES, GEORGE CLONNEY CUANDO SE FUE, ME SENTI MUY MAL, PORQUE ERA EL ALMA DE LA SERIE, EL DOCTOR QUE SE SUICIDÓ, bueno, que mas decir, pero en sus comienzos fue excelente, con respecto a SCRUBS que nombraste, es una serie muy buena que la recomiendo para quien quiera pasar un buen rato de sarcasmo jaja

salu2!

Unknown dijo...

Opino que...me gusta leerte. Una pena que no me gusten las series de médicos, aunque vi muchísimo de ER por mi madre, enamorada de Clooney jaja. Quizá esa si me gustó, aunque hace ya tanto...eso sí, si dices que le debemos, será verdad. Un saludo