Cine Veraniego. Parte 2: Celuloide animado: Divertidos entretenimientos y grandes joyas.

Seguimos comentando los films que han marcado este verano del 2007, por parejas que es más romántico. En esta ocasión vamos con películas animadas: una, la más mediática de cuantas se han estrenado los últimos meses, y la otra, si no lo mejor, de lo mejor que se ha estrenado en las carteleras en lo que llevamos de año.

Después de tantos años viendo a la pandilla amarilla en una cajita pequeña, con intermedios interminables de por medio y reposiciones enervantes, resulta extraño pagar una entrada y sentarte en una butaca de cine para ver “Los Simpsons” en el cine. Ver a Homer, Bart, Rasca y Pica, Maggie y demás a ese tamaño te produce una sensación bastante curiosa, así como el estar en una sala donde todos se carcajean con algo con lo que uno está acostumbrado a reírse en la soledad de su sofá. “Los Simpsons: La Película” se presentaba como una de las apuestas más potentes del verano, aunque fuera de tapadillo hasta bien entrado mayo. A partir de ahí, el bombardeo, especialmente por parte de Antena 3, que prácticamente decía que era un pecado capital no ver el film, inundando su programación con reposiciones y especiales dedicados a las creaciones de Matt Groening, que hacían imposible no tener ganas de ir al cine. Así que, por 1ª vez, uno levanta las posaderas del sillón y sale de casa para ver los Simpsons, ¿quién lo diría?

“Los Simpsons: La Película” cuenta con uno de los comienzos más divertidos vistos en un cine los últimos años: los primeros 20 minutos son una lección de cómo entretener y divertir al público que paga por pasar un buen rato (esa genialidad de Homer diciendo que le parece una tontería pagar por algo que puede ver gratis, la música y el comienzo clásico pero renovado, el desnudo frontal de Bart…), que posteriormente se convierte en lo mejor del film. Los grandes gags se concentran en los primeros 40 minutos, para emplear el resto del metraje en desarrollar la trama. Una trama sencilla, que no da para más de la hora y media que dura la película, por lo que los responsables de la misma aciertan de pleno con su duración. Un film entretenido, sin más pretensiones que la de entretener y divertir al respetable (gags como el del Spider- Cerdo o el de Tom Hanks ya están incluidos en los anales (uf, que palabro) de la familia), con un guión que se va desinflando a medida que avanza, convirtiendo a la rompedora familia al conservadurismo que tanto critica, pero sin llegar a niveles alarmantes, como sí ha ocurrido en las últimas temporadas televisivas. “Los Simpsons: La Película” es el mejor episodio de Los Simpsons de los últimos años, lo que es decir mucho, aún sin llegar al magistral nivel de los primeros episodios. Una peli para fanáticos de la serie, para espectadores esporádicos…para gente que sólo quiere pasar un buen rato y acabar con la mandíbula desencajada de tanto reírse.

Si de algo es sinónimo Pixar es de calidad. En una época en la que parece imposible crear clásicos de animación como en las buenas épocas de Disney, donde casi cada nuevo film pasaba automáticamente a la historia, Pixar ya lleva, como quien no quiere la cosa, varios años aportando joyas del género de manera regular, sin desfallecer en ninguna de ellas. Aunque si bien su anterior maravilla, “Cars”, no contó con la unanimidad en cuanto a crítica de las anteriores, lo han compensado con creces con “Ratatouille”.

“Ratatouille” es, junto con “Zodiac” y “El Buen Pastor” (cada una en su género por Dios) una de las obras maestras del año (“Apocalypto” las persigue de cerca). La historia del carismático Remy y su sueño de ser cocinero está llevada de manera impecable por Brad Bird, quien maneja el guión a su antojo, con una madurez difícilmente comparable a otras pelis recientes como Shrek (de la que no hemos visto su 3ª entrega por la tomadura de pelo que es la 2ª) o cualquier otro film de Dreamworks, basados más en el gag continuo y con fecha de caducidad que en contar una historia, aunque sea mala. El comienzo en la casa de la anciana (cuya reacción es antológica), la desoladora huída por las alcantarillas, el hilarante encuentro con Lingüini y su peculiar manera de relacionarse, las panorámicas parisinas, la perfecta Banda Sonora de Michael Giacchinno, el irónico y endiabladamente genial personaje de Antón Ego (que se guarda uno de esos diálogos que marcaría época si no fuera un film de animación), las ratas cocinando, todos los secundarios que sazonan la historia (la cocinera, el hermano de Remy, Gusteau, el Chef enano, etc.), los homenajes continuos a otros iconos del Séptimo Arte como Pinocho o al legendario Buster Keaton, el corto “Abducido” que da inicio a la película, el trailer de Wall-E, los créditos finales, los personajes secundarios…Resulta imposible destacar algo en particular de semejante joya que hasta en el apartado técnico y visual apabulla de manera escandalosa. Lo mejor que se ha paseado por las carteleras este verano (al menos de lo que hemos visto), que lucha contra competidoras más cool y contra los estigmas de un género que si no fuera por Pixar habría muerto artísticamente en los 90. El dinero mejor invertido de la época estival, en un festín para los 5 sentidos, especialmente para el gusto: el buen gusto.