Es jueves, 2 de octubre. Son las 20: 30 y suenan las campanas de la iglesia de al lado. Matías en toalla y Locke en piyama están sentados en el sillón jugando al Super Smash Bros (para variar). Los días anteriores (este no) han sido ajetreadillos.
El lunes era el primer día “laborable”. Nos despertamos a eso de las 8 menos cuarto, desayunamos y vamos a la estación, no sin preguntar un par de veces dónde narices estaba. Pillamos el tren hacia Seregno, donde, en teoría, viviremos el mes que viene (el “en teoría” es importante, porque Desio nos está gustando mucho MUCHO), para ver qué podemos hacer con nuestros móviles, en cuanto a tarifas para llamadas al extranjero. Llegamos a la estación, comenzamos a caminar, pero… todo está cerrado. Ni una mísera tienda abierta. A primera vista, Seregno no nos convence mucho. Es menos verde, menos…carismática, por decirlo así. Viendo que no podemos hacer nada ahí, decidimos volver por la tarde y pasar a la siguiente fase del “plan del día”: coger el tren hacia Milano, la capital, e ir a la Academia de Brera, donde (¿mal? Qui lo sà?)gastaré mi quinto año de carrera. Peeeeeeeero… perdemos el tren irremediablemente, y tenemos que esperar una hora hasta el siguiente. De manera que la mañana se ha hecho inesperadamente más corta. Al fin cogemos el tren, y media hora después llegamos a Milán, donde pillamos dos líneas de metro y, al fin, después de tanto trabajo, nos bajamos en Lanza, cerca de Brera. Caminamos un pelín, seguimos los pasos de Buda (una exposición cercana), preguntamos y … eco!! Ya estamos allí. Como están de exámenes, la facultad está semi-desierta, así que aprovechamos para explorar. Tampoco está en las mejores condiciones, pero las esculturas que hay por ahí inspiran a uno a hacer algo artístico, aunque sea el mono. Nos dirigimos al edificio Erasmus (sí, sí, no una oficinita no. Un edificio como Chuck manda), y después de tocar……..la puerta, entramos y esperamos. Servidor manga una guía de estudios de la academia y la guarda en su bolso. Después de un ratillo, nos atienden, nos dicen los papeles que debemos traer y nos largamos de allí, ya que la que tenía que ser nuestro contacto, Elisabetta, no está en ese momento (anda por Roma y volverá el miércoles) y poco más podemos hacer. Hambrientos, vamos a las galerías y al Duomo. Almorzamos en una pizzería de la zona (10 euros por persona, no está mal, no. Sobre todo para estar en la zona que está), buscamos un cable para la Play (que no encontramos), paseamos por el Duomo y entramos en su boca de metro, donde debemos resolver el tercer trámite del día. Ir a un punto ATM en el que nos informarán de los bonos de transporte que podemos pillar por ser studenti. Pero la cola de gente que sale del punto, y el hecho de que nuestra vivienda es provisional en estos momentos, no nos terminan de convencer para entrar. Cansados de todo ya, retomamos el punto uno: metro, tren (esta vez de gratis, porque…gastar dinero en tickets que dependen de que el revisor los mire….seis veces ya cansa) y a Seregno again. La vida ha vuelto al pueblito (recordad chicos: en muchas zonas de Italia los lunes por la mañana no hay vida), nos introducimos…..en la tienda de móviles. Nos venden las nuevas tarjetas tiradas de precio (aunque…ah no, que me adelanto a los acontecimientos, que tonto, jijiji) y, pelín cansados (nah, pero sólo un pelín eh?) cogemos de nuevo il treno. Casita, dolce casita.
El martes fue el día maldito. El plan era ir a Seregno again para activar las tarifas de las tarjetas del móvil, luego volver a Milán para terminar de arreglar el papeleo erasmus y a casita. Peeeero ya conocéis a Murphy (el de la cerveza no, borrachines, aunque dudo de si sería el mismo) y su dichosa ley. A Matías se le olvidó el DNI y tuvimos que regresar al piso, las tarjetas de móvil no funcionaron, los trenes se escaparon, Matías y Locke se pasaron de parada de metro (servidor no, ya sabéis, una entidad no se equivoca), y llegamos al edificio Erasmus cuando ya había cerrado. Es decir, nada de lo previsto había salido bien. Resignados, hicimos la compra en un súper y volvimos en tren a casa. Al menos cenamos mozzarella. Es por sacar algo bueno del día.
Dedicada a Entigirl (en la estación Porta Garibaldi, apúntala ;))
Al día siguiente todo salió bastante mejor: resolvimos el papeleo (y conocimos a la persona de la que nos habían advertido que era un hueso, Angela Ochipintti. Una señora caaaaansina, que habla y parece no escuchar, y cuyo inglés es cualquier cosa menos un idioma anglosajón. Los que nos advirtieron tenían razón, intentaremos evitar sus clases. ¿Elisabetta? Ocupada), los trenes no se escaparon, nos sacamos fotos en el Duomo, volvimos a casa y allí compramos una pelota de fútbol para hacer ejercicio, cosa que hacemos después de almorzar. Todo sale redondo. Estamos relativamente relajados.
¿Hoy? Pues día relax, la verdad. Lo más que hacemos es jugar al fútbol (o algo que se podría llamar así) y servidor llevarse tres señores balonazos en la jeta. Aunque sin duda alguna, el mejor balonazo fue el que recibió Locke, proveniente de rebotar con un bordillo tras patearla él mismo. Glorioso. El gran momento del viaje.
Frase del día: empate entre “You are free to choose” de la Ochipintti, con su acento italiano inconfundible (tan inconfundible que su inglés era ininteligible y había momentos en los que no sabíamos qué carajo decía, o en qué idioma hablaba) y “Chupémosle las protuberancias”, de Entiman, al hablar sobre lo que debíamos hacer con un Locke indefenso tumbado en la cama.
Momento del día: iba a ser para los intentos de Locke de hacer volteretas, pero va para los citados balonazos.
Son las 11 y 54 del 2 de octubre. Estos dos siguen jugando. Yo sigo escribiendo. ¿Mañana? A saber que toca mañana. Ci vediamo domani. Buona notte ragazzi.
2 comentarios:
ná, veo que Entiman sigue bien vivito... qué manera de sufrir!!! XDDDD
Por cierto, mis queridas Entidades, sepan uds. que han sido MEMEADAS!!! XDDDDD
pásense por el blog para saber en qué lío os he metido... XDDD
http://musicaenlanoche-rebeka.blogspot.com/2008/10/me-han-memeado-tambin.html
un besote!!
Anda que no te lo pasas poco bien ni nada...
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