Grandes Canciones de la Historia de la Humanidad: Edición Homenaje

Interrumpimos nuestra programación prevista para rendir tributo a un grande que nos ha dejado a lo largo de este puente de la Hispanidad (y en el que Las Entidades no han marchado a ningún sitio a vacacionar, ¿cómo se os ocurre pensar que este moreno es producto de estar 3 días tumbados en la playa? Por favor, un poco de decencia…). Uno de nuestros clásicos, que nos guardábamos para postearlo en el momento idóneo, y que al final el momento ha llegado de la peor manera posible. Hablamos del simpar, inigualable, y optimista hasta decir “basta” cantautor argentino Luis Aguilé.

No os vamos a aburrir con los datos biográficos, que poco dicen de él. Preferimos dejaros con su arte, que nos se centra sólo en sus 10 álbumes, sino también en sus dos filmes y sus 4 libros (entre los que destaca su obra de debut: “Golito y un emisario de la Cuarta Dimensión”, y su obra nominada al Premio Planeta 1989, “La Guerra Nunca Aclarada”). Un artista excesivamente minusvalorado y vilipendiado por su gusto por crear música veraniega, de melodías pegajosas y rimas “supuestamente” facilonas, que pasará a la historia por crear temas tan versionados como “Cuando Salí De Cuba”, ser el inventor de la afamada tradición de la canción del verano (Sí, Georgi Dann, esa te la tienes que comer (con perdón)) o por obtener una de las mayores colecciones de números uno en diversas listas de ventas a lo largo de su dilatada trayectoria profesional. Un compositor de números uno como ya no quedan: “Juanita Banana”, “La Chatunga”, “El Tío Calambre”, “Es una lata el trabajar”... y demás maravillas que pocos se atreven a reconocer como tales, rebajándolas a simples temas desechables. Ay, ese deporte nacional llamado envidia.

Canción de la semana: Al igual que otros clásicos de la música española, como Raphael o el Príncipe Gitano, Luis Aguilé creó sus mejores obras en la última parte de su carrera, con el bagaje de la experiencia acumulada que hace discernir a los grandes intérpretes lo que funciona en su música y lo que no. Y nuestro argentino afincado en Madrid no iba a ser menos. Como nos es imposible seleccionar solamente un tema de su extensa galería de obras maestras, vamos a quedarnos con 2 perlas pertenecientes a esta gran etapa. La primera es una muestra perfecta de exacerbado erotismo musical, concentrado en casi 4 minutos de envidiosa excitación. Un tema propio de genios, lástima que el vídeo no le haga justicia, aunque transmita perfectamente la idea. Ojo a la espontánea risueña, que termina por rematar el tono erótico – festivo. Guanderful.

La segunda, como no podía ser de otra manera, y más todavía en los tiempos convulsos que vive cierta comunidad autónoma bañada por las cálidas aguas del Mediterráneo, es “Nadie me quita mis vacaciones en Castellón”, en la que el poeta le regala a la ciudad una canción que debería ser considerada como su himno oficial a la de ya. Un Luis que se compromete a vender patria, ataviado con sus mejores galas, y dando lo mejor de sí para componer una canción que, lamentablemente, muy pocos recuerdan ya. Sirvan desde aquí estas dos grandes composiciones para reconocer la labor incansable de un genio de la música y de la lengua española, y homenajearlo como se merece.

Esto ha sido todo por esta semana. La semana siguiente ésta, tu sección favorita, volverá con nuevas joyas que esperan ser descubiertas por el gran público, a la par que apreciadas. Y no os olvidéis, ninguna canción es grande si no se encuentra en... “¡Grandes Canciones de la Historia de la Humanidad!”