miércoles, 1 de abril de 2009

Héroes: la serie que amamos odiar/ la serie que odiamos amar


Todo fue gracias (o por culpa) de Milo Ventimiglia. Siendo Entigirl una consumada experta en buscar y encontrar nuevos talentos, descubrió a Mr. Boca torcida en “Las Chicas Gilmore”, donde interpretaba a un tímido y culto macarrilla de barrio, el típico chico malo que tienta a la adolescente protagonista. Después de que el actor abandonara la serie, la Entidad Femenina no dejó de seguirle la pista, hasta que un día nos enteramos de que iba a participar en un show titulado “Heroes”, una creación de Tim Kring (responsable de la normalucha “Crossing Jordan”) en la que aparecerían personajes con extraordinarias habilidades, que tendrían que aprender a utilizar.

Sinceramente, nos alegraba la idea, pero no estábamos excesivamente expectantes con la misma. Habían sido varios los infructuosos intentos anteriores de llevar argumentos y estética comiquera a la caja tonta: MutantX, Birds of Prey … Incluso “Smallvile”, que al principio resultaba entretenida, se había acabado por convertir en algo previsible y con (muchos) momentos de vergüenza ajena. Nos alegrábamos por el chaval, pero no creíamos que la cosa fuera a prosperar mucho. De todos modos, teníamos mucha curiosidad por saber qué tal le iría a la serie, y cómo la acogería el público.

El piloto sale. La gente comienza a hablar del mismo. Efusivamente. Parece que la serie ha gustado e intrigado a un público generalista, no puramente friki como esperábamos. La gente que nos conoce no para de hablarnos de ella. Como tampoco hacía falta gran cosa para convencernos, cedemos. Y el primer capítulo apunta buenas maneras. Realmente buenas. De desarrollo lento, y profundizando en las motivaciones de los personajes, nos van presentando a todos uno por uno. Aparentemente inconexos, sólo los une el hecho de haber sido bendecidos con algo especial. 



Para nosotros, la primera temporada de “Héroes” fue algo especial. Fue realmente la primera serie que comenzamos a seguir semanalmente por Internet, esperando a que fuera martes para poner a descargar el capítulo. Debatíamos cada capítulo sobre lo que había ocurrido y lo que iba a ocurrir (legendarios debates con Locke y The Nobody en las madrugadas de los martes, con teorías a cual más absurda), y nos resignábamos con las largas pausas que se tomaban de cuando en cuando en la emisión. Pero siempre tuvimos una duda, que con el tiempo parece estar siendo respondida: ¿a qué se debió el fenómeno Heroes? 

Porque, podía gustarnos más o menos, podía tenernos enganchados por su temática, pero una cosa teníamos muy clara: no era ni de lejos la mejor serie de la parrilla, ni desde luego su temática estaba pensada para un público mayoritario. Veíamos boquiabiertos como las audiencias respondían sobradamente, como la red no hablaba de otra cosa … pero realmente no sabíamos por qué. La respuesta la han dado las audiencias de estas dos últimas temporadas: Héroes fue simplemente una moda en sus primeros episodios, como Lost o Prison Break. Aunque a muchos no les atrajera para nada el tema, o los personajes les parecieran insufribles, la seguían por pura moda. Cuando esta pasó, cuando comenzó a extenderse el ya manido mantra de que “Heroes apesta” a mediados de la 2ª temporada (como Lost o Prison Break igualmente), la serie se quedó con una audiencia más acorde con su situación y características. Porque, nos guste o no, Heroes está enfocada a un público muy específico, y eso se demuestra viendo cuál es la serie más descargada cada semana. Al igual que Lost o Galáctica, el espectador ocasional no va a seguir todas las temporadas religiosamente, sino que se unirá a la moda cuando toque. 


La primera temporada de “Héroes” puede ser mejor o peor, pero desde luego era carismática, plagada de momentos memorables y escenas que enganchaban. Sus continuarás, la manera en la que los personajes van interconectándose poco a poco, su simbología, los secundarios esporádicos, las continuas muertes … Pero especialmente fueron sus personajes los que cautivaron al público, mediante el clásico truco de poder identificarse con uno u otro: el relojero Sylar (una de las muchas influencias que esta temporada tiene de Watchmen, por no hablar del plan de Linderman, un pequeño mal para un bien común), el heroico Peter Petrelli, el friki Hiro Nakamura, la porris …cheerleader Claire Bennett … Una serie adictiva, con destellos de genialidad como “Company Man”, que dejó a muchos mordiéndose las uñas esperando un siguiente volumen.

Es imposible e injusto juzgar “Generaciones” sin tener en cuenta la ya conocida huelga de guionistas del pasado año. Que una temporada ideada en un principio para veintipico episodios se quedara en 12 se debe notar, y más en una serie como esta, en la que cada capítulo sienta las bases del siguiente. Desgraciadamente, se notó, por la forma apresurada en la que muchas tramas y subtramas fueron cerradas, y por todo lo que ocurre en los últimos 4 episodios, en los que se nota claramente lo que se pensaba tratar ahí, y lo que se quería dejar para más adelante (la vuelta del señor de las gafas es un claro ejemplo). Pero no sólo se puede echar la culpa a la huelga de guionistas únicamente, ya que había algo más que fallaba. Todo parecía más efectista, menos sutil que en la anterior entrega. Las sorpresas se agolpaban, no se distribuían, y se notaba que habían personajes tan poderosos que, simplemente, no sabían cómo manejarlos, como era el caso de Peter Petrelli (al que vuelven amnésico) o Sylar (al que arrebatan todos sus poderes), mientras que otros permanecían estancados en sus mismos roles de siempre, como Claire, Matt o Mohinder, sin apenas evolucionar. Asimismo, los nuevos personajes ideados por los escritores no calan entre el público como antaño, siendo especialmente insufribles los míticos Maya y Alejandro. Aunque aún así haya hallazgos como Elle Bishop o Takezo Kensei/Adam Monroe, personajes interesantes con actores más que solventes dándoles vida, estos no son tan explotados como merecen. “Generaciones” se convierte en una versión descafeinada del primer volumen, con estructura similar (catástrofe en el futuro, episodio revelador sobre el pasado, etc), pero ralentizada al principio y acelerada en su conclusión. El final, efectista donde los haya, con un par de muertes para dejar al fandom expectante y la vuelta de algunos personajes a ser lo que eran, deja con la esperanza de que “Villanos”, el tercer volumen, ajeno a huelgas y demás, vuelva a subir el nivel.

No empieza mal, no. Pero todos los fallos del final de “Generaciones” se potencian en “Villanos”: todo ocurre deprisa, como si hubiera que compensar el ritmo lento de la primera entrega, y meter veinte mil cosas en cada capítulo. Los esquemas sigue repitiéndose (el fin del mundo está cerca, episodio sobre los pasados meses, etc), pero además ahora, los giros de guión, en lugar de ser sorprendentes, son injustificables e innecesarios, se hace cada vez más claro que no saben qué hacer con determinados personajes (ahora a Peter Petrelli le quitamos el poder, ahora Sylar es bueno, malo, bueno, malo…), muchos personajes no se comportan como debieran, intentos de encajar hechos en el pasado de los personajes que no cuadran … “Heroes” pasa a ser un simple entretenimiento, casi un trámite que cumplir en algunos momentos, y no la serie que nos había enganchado con “Company Man”, “Parasite” o “Five Years Gone”. Guionistas empiezan a caer, las audiencias siguen el mismo camino, Tim Kring pide disculpas por “Generaciones” y “Villanos”, y adelanta que todo cambiará con”Fugitivos”, y especialmente, con la incorporación de Brian Fuller a la serie, volviendo al show después de la cancelación de su joyita “Pushing Daisies”, a la altura del capítulo 20. ¿Será demasiado tarde? ¿No será demasiado fantasioso confiar en que un solo guionista puede cambiar la negativa tendencia que sigue la serie, tanto en calidad como en espectadores?

“Fugitivos” no empieza nada mal. Durante el primer capítulo, los personajes vuelven a comportarse como deben, conscientes de lo que han pasado y tomando tiempo para profundizar en su comportamiento (especialmente logrado el reencuentro entre Mohinder y Peter Petrelli en el taxi, y su autorreferencial (casi paródica) conversación), y así se mantiene a lo largo del 2º también. Pero en el tercero la cosa vuelve a sonar a ya vista, y el deja vù empieza a resultar peligroso. Sigue siendo infinitamente superior a “Villanos”, pero la sensación de falta de ideas es preocupante. Sin embargo, pasado un punto crítico (¿una explosión pintada en el suelo? ¿De verdad?), la cosa empieza a remontar. Las subtramas comienzan a cerrarse poco a poco, pero de manera lógica y coherente, hasta llegar a Shades of Gray, donde la situación comienza a ponerse interesante.

Quizás Kring no fuera escéptico con las posibilidades que tenía Fuller, un único guionista, de cambiar el devenir de la serie, de mejorar sus argumentos y subir las audiencias. Quizás él no, pero nosotros sí. Los argumentos están casi todos planificados de antemano, y poco podría hacer el creador de “Tan Muertos Como Yo” más que cambiar la manera de mostrarlos, ¿no? Su prueba de fuego llegaría en la vigésima entrega, titulada “Cold Snap”. Aquí es donde comprobaríamos verdaderamente la capacidad del escritor. 

Ya desde el principio, “Cold Snap” tiene algo distinto al resto de la temporada. La primera escena, con el plano de Danko afeitándose mientras algo sucede en su apartamento indica que algo es diferente. No todos los episodios que quedan hasta el final de la historia serán así, pero debemos rendirnos ante la evidencia: en estos 40 minutos se recupera parte de la magia perdida. No es que ocurran hechos excesivamente novedosos, pero todo es ligeramente distinto. Los personajes vuelven a ser ellos mismos (Hiro y Ando vuelven a ser graciosos después de muuucho tiempo), las muertes son dramáticas (una de ellas se convierte con diferencia en la mejor escena de la temporada), hay tiempo para que la trama respire y las consecuencias se noten … Incluso la estética ha mejorado notablemente, así como los efectos, mejor insertados en la acción. Y esto sin Claire o Sylar, dos de los pilares del éxito de la serie.

“Jirous” no es la mejor serie de la actualidad, ni de las mejores de la historia. Sus interpretaciones no son memorables, y en muchas ocasiones sus giros argumentales rozan lo ridículo. Pero nos tiene enganchados (aunque Entigirl dejará la serie en cuanto Peter se marche, si es que a algún inconsciente se le ocurre semejante idea), y semanalmente seguimos pendientes del nuevo capítulo. No esperamos nada revolucionario, ni que vaya a iluminarnos la existencia. Simplemente saber qué les ha ocurrido a Sylar, Hiro, Nathan, Peter o Claire esta semana. Con eso ya tenemos bastante. Para ver arte y ensayo vamos al MOMA. 


5 comentarios:

Dark Phoenix dijo...

uff, uff, uff... Heroes. Aún estoy esperando a que una compañera mía me pase todas las temporadas.

Debo reconocer que, muy a pesar mío, sólo ví enteros los tres primeros capítulos de la primera temporada, y es que la serie la echaban en Canal 9 (inquietante adquisición de mi tele pública, no lo comprendo, ni ahora ni entonces) y por horario no podía verla... Pero muerta me quedé con el frikismo de Hiro ya desde el principio, cuando se va a buscar un cómic de los X Men...

Un post completito y larguete, eh? me he tenido que tomar varios descansitos para leerlo... y contestar al pesao que me habla por messenger. XDDDDD

¡¡¡PRIME!!!

Y a mí me gusta bastante Crossing Jordan!!

Pater dijo...

que maten y rematen a la ex-animadora... bueno, y al 99% de los personajes! XD

Mike Lee dijo...

Sin duda alguna me quedo con la primera temporada, llena de momentos memorables, grios inesperados, personajes entrañables y guiños comiqueros por todas partes, como bien decís.
¡Saludos!

Paco Hernández dijo...

El gran problema de esta serie son los actores, que se han apalancado como garrapatas tanto al guión como al personaje y piden y piden y piden, hasta la saciedad. Cuando los actores se hacen dueños de la serie es cuando todo se echa a perder, y a ver aquí quien es el guapo guionista que le dice a uno de ellos que la va a palmar o que se va de la serie para siempre jamás... Ha pasado antes y volverá a pasar, como decían en Galáctica jajajaja

Anónimo dijo...

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