Hace ya más de 10 años desde que dio comienzo la que podríamos considerar como “la Época del Frikiwood”. La meca del cine americano, inmersa en una crisis de ideas de la que todavía no ha conseguido escapar, decidía virar hacia otros medios para compensar la escasez de argumentos verdaderamente originales. Así, entramos en una década en la que se ha adaptado absolutamente de todo: videojuegos (Silent Hill, Resident Evil, Street Fighter, Dead or Alive ...), series de televisión (El Equipo A, Los Simpson ...), amén de las clásicas novelas, que siempre han servido de base a muchas obras míticas del Séptimo Arte. Y, cuando no se optaba por trasladar de otros medios, se recuperaban franquicias (bien mediante secuelas, bien por remakes) que ya hacía mucho tiempo que se daban por muertas y enterradas (La Jungla de Cristal, Star Wars, Scream, Rambo, Depredador, Pesadilla en Elm Street, Rocky, Tron (la cual ha pasado de ser film maldito a originar una saga con visos de alargarse con alguna entrega más ... ), Indiana Jones ...).
Sin embargo, donde el cine ha encontrado un auténtico filón que todavía parece inagotable 10 años después, es en el mundo de las viñetas. Hemos pasado de tener un puñado de filmes comiqueros por década a tener, literalmente, un bombardeo de adaptaciones comiqueras cada año. De 1998 a esta parte hemos tenido de todo. ¿Superhéroes americanos? Claro, señora. Le voy a poner unas cuatro de X-Men, 3 de Spider-man, 2 de Hulk, 2 de Batman, 2 de Iron Man, 2 de los 4 Fantásticos, una de Daredevil, otra de Elektra y, por si se queda con ganas de más, una de Superman. ¿Cómo? ¿Que le va más algo más elevado a nivel intelectual? ¡Pues por supuesto, mujer! Mire, le puedo poner cosillas como V de Vendetta, Sin City, Watchmen, 300, Camino a la Perdición o Una Historia de Violencia. Son más complejas, pero oiga, de todo tiene que haber en la viña del Señor. Y luego me quedan cosas por aquí más inclasificables, como Ghost World, Persépolis, 30 Días de Noche, Scott Pilgrim o Kick Ass, ya verá usted lo que prefiere. ¿Ah? ¿Que no quiere dejarse llevar por el demonio imperialista yanki? Le comprendo perfectamente. Yo a esos cerdos capitalistas tampoco les doy ni agua. Si gusta, tengo por aquí adaptaciones de Astérix y Obélix, o de Mortadelo y Filemón. Y si me espera un poco, me saldrán calentitas del horno las películas de Arrugas, Tintín y El Capitán Trueno. Producto cien por cien autóctono, oye. Tebeo europeo de calidad.
El cine basado en tebeos ha disfrutado de ser guiado, en algunas ocasiones, por directores consagrados (y a los que nunca habríamos imaginado embarcados en proyectos de este estilo), como David Cronenberg, Ang Lee, Kenneth Brannagh o el propio Spielberg, quien se encargará, junto a Peter Jackson, de la próxima adaptación de Tintín a la gran pantalla. Lo mismo ha ocurrido con los repartos, en los que hemos encontrado nombres tan prestigiosos como Ian McKellen, Williem Dafoe, Gary Oldman, Edward Norton, Tom Hanks, Ed Harris, Michael Caine, Morgan Freeman, Paul Newman, Kevin Spacey, Jeff Bridges o William Hurt, que han prestado cara a personajes frikis por antonomasia, como Lex Luthor, Magneto o el Duende Verde, sólo por citar unos pocos. Sin embargo, el cine comiquero ha destacado casi más por servir de trampolín o vehículo de consagración para actores que ahora son primeros espadas de la industria, y que antes, o venían de apenas haber hecho un par de cosas reseñables (Hugh Jackman, Halle Berry, Chris Evans, Eric Bana …), o les faltaba en sus carreras el film que les diera el impulso necesario para saltar al estrellato y a la lista A de Hollywood (Christian Bale, Tobey Maguire, Robert Downey Jr, Gerard Butler …). Es decir, en cuestión de unos pocos años pasamos de tener a un (por otra parte, sublime) The Hoff post-coche fantástico “interpretando” a Nick Furia, a que sea Samuel L. Jackson quien le de vida, y que además interconecte todas las películas de Los Vengadores cinematográficos. Hasta la Academia se rinde a la evidencia y cada año nomina a alguna peli comiquera. ¡E incluso las premian! Actores consagrados, éxitos de taquilla, realizadores prestigiosos, efectos de última generación, reconocimiento de parte de la crítica, algún que otro descalabro (llámese Catwoman, llámese Elektra, llámese Punisher o Motorista Fantasma) … digamos que el aficionado medio no pondría queja ante semejante situación, ¿verdad?
¡Mentira!
Da igual que estemos en una situación incomparable con la de hace una década. Que personajes como Batman, Spider-Man o los mutis gocen de una salud envidiable fílmicamente, o que se haya sido más que respetuoso con el material original … da igual. Desde que sale material promocional de cualquier adaptación, comienza la colección de pegas. Pegas no basadas en cuestiones cinéfilas, que va. Sino en cuanto a la fidelidad al material del que se traslada, ni más ni menos. No queremos decir que no se deba ser crític@ con las imágenes o los trailers que surjan previos al estreno, pero, como en todo en esta vida, los extremismos son tan negativos como estúpidos. Pongamos como ejemplos dos de los casos más recientes:
- La saga del Spider-man de Sam Raimi llega, inevitablemente a su fin. Tras las sonadas disputas entre director, guionistas, productores y hasta compositor musical, Sony decide que, por muchas ganas que tenga Raimi, o por muchas ideas brillantes que se le hayan ocurrido para cerrar la tetralogía, “sus servicios ya no son necesarios”. Por supuesto, ni los suyos ni los de todo el equipo que venía con él (Tobey Maguire, Kirsten Dunst, J.K. Simmons, el cameo de Bruce Campbell …). Así que la Sony, antes de que Mavel decida echar las zarpas sobre su gallina de los huevos de oro, anuncia un relanzamiento de la franquicia, repleto de caras nuevas. Como responsable de todo, Marc Webb. Como guionistas: James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves. Y en el reparto, Andrew Garfield, Emma Stone, Martin Sheen, Rhys Ifans o Sally Field. Todo se mantiene en una tensa espera, ya que nadie sabe por donde pueden ir los tiros, hasta que empiezan los anuncios: que si la chica será Gwen en lugar de MJ, que todo tendrá un tono más parecido al universo Ultimate, que los padres del héroe harán acto de presencia ... Así, empiezan a oírse las primeras voces contrarias a la producción, hasta que la cosa se desata con esto:
"Abre la boquita, venga. No te pongas tontorrón"Y, de golpe y porrazo, comienzan las protestas y los discípulos de Nostradamus pronostican que el film ES basura. Ya no es un “puede ser”, no. Un “es”, como si se acabara de estrenar hace medio año. No se puede criticar el resultado final de una película en base a que el nuevo traje “traiciona por completo la esencia del personaje” o “no tiene nada que ver con ningún traje que haya llevado el arácnido”, como se ha leído por ahí. ¿Perdónperocómoquélocualo? ¿Que el traje no tiene nada que ver? ¿En serio? Hombre, si me hablas de algo como esto …

...pase, pero por favor, veamos el traje one more time:

Si fuera que el nuevo es amarillo y verde, y lleva en el pecho el símbolo de un antílope, vale. Pero almas de cántaro: es rojo, azul, lleva redes, los ojos clásicos y hasta lanzarredes mecánicos. ¡Qué más dará que se le hayan realizado cuatro modificaciones meramente accesorias! No es suficiente que tengamos al mando al responsable de una de las películas indies mejor valoradas de los últimos años (“500 Días Juntos”), ni que la historia venga escrita por el guionista de esa joya absoluta que es “Zodiac”. Ni que la pareja protagonista acabe de ser nominada a los Globos de Oro, compitiendo con pesos pesados como Christian Bale, Geoffrey Rush, Julianne Moore o Annette Benning. Nop, lo verdaderamente importante es que nuevo Spider-man lleva unas bailarinas en los pies. Y eso hace automáticamente del nuevo film (y por ende, de la nueva franquicia entera) una abominación del tamaño de Brasil.
- Otro tanto ha ocurrido con una de las películas comiqueras que se aproxima a toda máquina: X-Men First Class. Aunque en este caso, la opinión general ha pegado más bandazos que la cordura de Natalie Portman en “Cisne Negro”. En un primer lugar, el fandom respiraba medianamente tranquilo: se confirmaba que, después de dos patinazos en la franquicia tras su marcha, Singer volvía a estar detrás de todo como productor y aval de este nuevo proyecto. Se contrataba como director al hombre que ya dejó una vez a los mutis en la estacada (y a Thor), pero que ahora parecía estar más centrado en terminar su proyecto: Mathew Vaughn, realizador de esa frikada de culto llamada “Kick Ass”. Y se contaba con dos actores de altura para cargar con el peso del blockbuster: James McAvoy (que ya tiene el cielo ganado de por vida por su trabajo en “Expiación” y “El Último Rey de Escocia”) y Michael Fassbender. Y como villano, Kevin Bacon. A priori, todo en orden. El problema en esta ocasión llega cuando, en contra de lo que ocurre en los cómics, se desvela que, ni Ángel, ni Cíclope, ni Jean Grey, ni El Hombre de Hielo formarán parte de la Patrulla X original. En su lugar se optará por un batiburrillo de personajes de épocas diversas, como Banshee, Kaos, Bestia o el Ángel de Morrison. Ni siquiera la presencia de Emma Frost apacigua los ánimos. O que los trajes sean amarillos, como los originales, dejando a un lado los criticados monos de cuero negro de la saga. Sumémosle unas declaraciones de Vaughn, en las que compara la peli con “Crepúsculo” (en cuanto a la audiencia que buscan), o la filtración de una cutreimagen con los personajes protagónicos, y ya la tenemos liada de nuevo. Sin embargo … ¡ah, que voluble es la mente del ser impaciente! Llega
el primer avance y, de golpe y porrazo, todo el mundo tiene esperanzas en el relanzamiento de la saga. Se pasa del negro al blanco en cuestión de horas. ¿Por qué? Es decir, todo sigue igual: el argumento es el mismo, y los responsables también. ¿A qué viene ahora tanto derroche de optimismo? ¿Igual nos hemos dado cuenta de que puede que, sea o no una adaptación fiel, como película merezca un poco la pena? Aún así, publicistas de X-Men First Class, no os paséis, que la buena fama se pierde en segundos con cosas como éstas:
Entiman sin curro y el cartelista este en Hollywood. Algo falla.Y así pasa y ha pasado siempre, tanto con cómics como con libros o cualquier otra adaptación que se precie. Y seguirá pasando mañana, pasado y el mes que viene. Se criticó con saña y mucha mala leche la elección de Heath Ledger como Joker o la de Michael Keaton como Batman. Y el tiempo ha cambiado las tornas. Se comprende perfectamente que uno opine del material ya visto. De un cartel cutre o un trailer chusco. Y que uno tenga las peores sensaciones ante un film, porque el director o el actor no sea santo de su devoción. Pero ¡qué menos que esperar al estreno de la película para poder despotricar sobre ella! ¿¡Y si luego va la muy condenada y nos gusta!?
Las adaptaciones, sean del medio que sean, no basan su calidad en el grado de fidelidad que posean con respecto al original del que provengan. No porque aparezcan Jean Grey y Scott Summers en First Class va a ser mejor film. Ni porque la araña del traje de Spidey sea más pequeña que en los cómics, la película será peor. Una adaptación de un medio a otro debe ser coherente consigo misma y aprovechar las virtudes que el nuevo medio brinda, así como sortear los factores que, en un sitio funcionan, pero en otro no tanto. Debe tener una voz propia. Ahí están los casos de Sin City o Watchmen, las cuales, en su extrema reverencia y fidelidad, se pierden en muchos momentos intentando calcar plano por plano las viñetas en las que sus fotogramas nacieron hace años. Y, para ver un calco de lo que ya se tiene en papel, casi que mejor no rodar nada, ¿no? Dinero que se ahorran ellos, y dinero que nos ahorramos nosotros. El material original está ahí, al alcance de cualquiera, y, porque la adaptación sea peor o menos fiel, no afectará a la fuente en nada. ¿O acaso el Daredevil de Miller es peor después de que Mark Steven Johnson lo “adaptara” al cine? Ahí sigue, esperando al afortunado que quiera leerlo.
Sin embargo, citando a la mencionada obra de Alan Moore, “nada cambia jamás”. Y los comentarios y las críticas sin fundamento seguirán llegando durante muchos años. La de úlceras de estómago que nos ahorraríamos si todos pudiésemos cambiar un poco el chip … ¿¡Cómo!? ¿¡Que el director de “Eclipse” va a adaptar “Born Again”?! La madre que lo ...