lunes, 13 de agosto de 2007

Adiós Harry...y buena suerte



“Harry Potter and the Deathly Hallows” ya ha caído. Pero no esperéis ver una reseña por aquí, si es a eso a lo que habéis venido. No pienso spoilear ningún mínimo dato de la trama, nada de lo que los fans ansían conocer, si tal personaje vive o muere o cualquier otra incógnita. Me parece irrespetuoso para los muchísimos seguidores de la saga del niño mago revelar los secretos de un libro tan anhelado por muchos, y cuya publicación española se dice que no tendrá lugar hasta febrero del 2008, en una habilísima jugada de la editorial Salamandra, que parece no tener la más mínima intención de aprovechar la época navideña para sacar aún más rentabilidad de tremendo best seller (si eso es posible). Así que no voy a reseñar “Las Reliquias Sepulcrales” (título más que apropiado) en este post.


¿Entonces en que consiste este texto? Pues básicamente en el comienzo de una despedida que será completada cuando el séptimo libro vea la luz en castellano, de uno de los personajes de ficción que más ha marcado mi adolescencia. Yo fui uno de esos niños que leyó el primer ejemplar cuando a Harry no lo conocía ni el librero que me lo vendió, quien lo tenía entre la sección de literatura adulta porque no sabía de qué narices iba el susodicho libro. No se formaban grandes colas para comprar sus novelas, y sobra decir que no existía ningún rumor sobre una posible adaptación al celuloide. Simplemente yo era un niño de 11 años al que los Reyes Magos le dejaron una novela que gozaba de buenas críticas en el Reino Unido, que prometía ser el principio de una septualogía que no sólo homenajearía, sino que renovaría el olvidado género de la literatura fantástica (renovación que culminaría el inmenso éxito de la trilogía del Señor de los Anillos, dotando a dicho género de una energía y de una legión de seguidores que aún perdura), todo esto a manos de una desconocida autora inglesa llamada J.K. Rowling, quién se encontraba sin un mísero penique cuando la historia potteriana llegó a su mente, clara y perfectamente perfilada, historia que sólo tuvo que dividir en los 7 libros que la compondrían, algo que la escritora no se cansaría de confirmar en años posteriores, cuando la fama y la fortuna llamaran a su puerta. Rowling siempre reiteró que la historia de Harry era una historia cerrada y que, una vez concluida no tenía la más mínima intención de continuarla, por más que fuera a echar de menos al personaje al que tanto debía.


El primer libro consiguió engancharme como hacía tiempo que ninguno lo conseguía, pues en aquella época me encontraba bastante desenganchado de la lectura, lo que no quiere decir que no leyera, sino que en comparación con el hábito literario que tenía desde pequeño el interés por éste había menguado a favor de una literatura más “secuencial”. Personajes como Voldemort (un villano que, a pesar de estar enmarcado dentro de la literatura infantil, resulta una creación genial, más aún cuando con el paso de los libros nos vamos enterando de su origen), Snape (probablemente el personaje más complejo a la par que ambiguo de la saga, y uno de mis preferidos) o Dumbledore (personaje determinante durante toda la historia, que al igual que el Gandalf Tolkieniano siempre parece tener siempre un plan de antemano, y que desborda carisma de manera apabullante (es mi personaje favorito de toda la trama, para que negarlo)) demostraban que Rowling tenía bastante talento a la hora de definir sus personajes a la par que su historia, que a pesar de ser autoconclusiva dejaba las semillas plantadas para el desarrollo de ese universo, cuyos pilares ya estaban establecidos en la primera novela.


Pasaba el tiempo. Con “El Prisionero de Azkabán” comienza a quedar de manifiesto el fenómeno Potter, cada vez con un mayor nº de seguidores, precisamente con la novela que marca el primer punto de inflexión de la saga, y el comienzo de lo que yo veo como “el segundo bloque temático”. Si en el primero (compuesto por “La Piedra Filosofal” y “La Cámara Secreta”) se narraban aventuras infantiles a la vez que se establecían los cimientos de este universo, en el segundo (que integran “El Prisionero de Azkaban”, “El Cáliz de Fuego” y “La Orden del Fénix”) la oscuridad se apodera de la saga. Dementores, Mortífagos, Thestrals (criaturas a las que sólo pueden ver personas que han visto la muerte), e incluso una escena desarrollada en su totalidad en un cementerio donde se lleva a cabo un sangriento ritual que conllevará el regreso de “El Que No Debe Ser Nombrado” marcan el tono de tres novelas en las que elementos del pasado y del presente de los personajes se entremezclan, dando lugar a un mosaico cada vez más complejo. Es en el tercero donde surgen 2 de los personajes más carismáticos y queridos por los fans: Sirius Black y Remus Lupin, ambos procedentes del pasado de Harry Potter, mostrando claramente que son tan importantes los hechos presentes como los pasados para el desarrollo de la trama. Los orígenes de las amistades y enemistades entre los personajes marcarán, para bien o para mal, su devenir y la conclusión de una historia cada vez más complicada. El término “muerte” comienza a ser casi tan protagonista como el de “magia”, no sólo por lo que la vuelta de Voldemort representa, sino por lo que afectan a Harry las muertes que se dan en “El Cáliz de Fuego” y, sobre todo, en “La Orden del Fénix”. La de Sirius Black, por muy criticada que haya sido, es necesaria para el desarrollo de Potter como personaje a la hora de asumir este hecho como algo natural. No es una muerte anecdótica, escrita al azar por la autora porque le apetecía. Sirius Black era la persona más querida por Harry y por los fans. Matándolo, Rowling demuestra, no sólo que nadie está a salvo (ya que esto es una guerra), sino que esto ya es cada vez menos una novela infantil, y que no todos vivirán felices y comerán perdices.


Con “El Príncipe Mestizo” (una de las mejores novelas de la saga), Harry Potter comienza a entonar su canto de cisne. Rowling inicia un nuevo y último bloque, desvela algunas cartas que había ocultado sabiamente a lo largo de los libros anteriores (cartas que comienza a desvelar con la profecía, y que la relectura de los libros anteriores demuestra que Rowling no improvisa, pues todo está ahí, oculto a simple vista), y no se corta en desvelar cerca del final de este sexto libro en qué consistirá la última aventura. Es un bloque tan sólido que cuesta pensar en él como 2 libros separados, sino más bien como uno sólo que abarca más tiempo del habitual. Este sexto deja bien a las claras la importancia de tres personajes en la conclusión de la saga: Voldemort (que es prácticamente coprotagonista de “El Príncipe Mestizo” aunque no aparezca), Snape y Dumbledore, quien encomendará a Harry una misión tan complicada que romperá por completo los esquemas fijos de todas las novelas en la última entrega. Entrega de la que, como ya he dicho, no hablaré...todavía.


Con el tiempo, Harry Potter se ha convertido en un icono mediático. Un producto de marketing. Un revienta-taquillas. Un incordio para muchos. Pero para mí, en esta última novela, como en cada una que le precede, sigue siendo ese cercano personaje, protagonista de un genial universo, que ha crecido y madurado conmigo a lo largo de todos estos complejos años. Un colega, un amigo de papel al que conozco como la palma de mi mano y del que recientemente me he tenido que despedir para, como ocurre con muchas amistades, no verlo nunca más. Adiós Harry...y buena suerte.


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy una de esas personas que esperan a que salga en español con mucha ansia, pero no puedo evitar desear que tarde mucho porque no quiero acabarlo y saber que ya no va ha haber más harry, cosa que en parte agradezco por eso que se dice de las segundas partes y eso.
Porqué tendrá que pasar el tiempo tan rápido...
PD: muy bueno el dibujo, aunque a un personaje no lo identifico, pro stá bien

Yeray García dijo...

Que pedazo de articulo!

Yo ya me he leido el ultimo libro y pronto escribire impresiones en mi blog, la reseña, cuando salga en español.

Es una saga que me ha marcado mucho y que no podia acabar mejor.

Nos leemos!

Las Entidades dijo...

Hoy que el PC nos permite comentar aprovechamos para hacer algo que nuestra máquina no nos ha permitido por más que quisieramos: responder a los comentarios. pero antes que nada agradecer a cataplaf y a UltimateY la atención que nos prestan y la gran participación en prácticamente cada post del blog. Ya os podéis considerar oficialmente entidades honoríficas...

Sobre el tema Potter, a cataplaf decirle que no desespere, que cuando se dé cuenta tendrá el libro en sus manos, y que no desespere, que no creo que Rowling vuelva a retomar al personaje en el futuro. Es un adiós definitivo...Por cierto, ¿qué personaje no identificas?

Y a UltimateY, coincido contigo en que no podía acabar mejor. Es un libro épico que lo cierra todo. Espero tus impresiones ;)

Ah, y aprovecho también para decir que, si no hay cambios de última hora, mañana se sabrá el ganador de la encuesta, para la que hay 3 participantes aunque votaran 18 (sigh)

Anónimo dijo...

Muxas gracias por tenerlo en cuenta y considerarnos entidades honoríficas, para mí es todo un honor.
Ya presuponía hasta un 87% m´´as o menos que JK Rowling no escribiría un 8º libro, tiene bastante estilo como para no dejarse llevar por la codicia y el dinero, y más con todo el que tiene, y le importa lo suficiente sus fans como para arriesgarse a fastidiar la saga con un 8º libro, igualmente espero que haga otras sagas con otros personajes, a ser posible con algún parecido. Por cierto, los personajes a los que más cariño le tengo aparte de harry son: Dumbledore, Hagrid y en 2º lugar y no menos importante, Mc Gonagal.
PD: increíble noticia la que acabo de leer en el post siguiente a éste, me he quedado de piedra y sigo sin creermelo por más que leo, y pensar que en apenas unos meses había leído comics de él...ha sido un golpe duro para el mundo de los comics y sus familiares y espero que lo lleven de la mejor forma posible

Anónimo dijo...

El que no identificaba es el 2º de la derecha, supongo que es alguien nuevo, porque no recuerdo a nadie con ese parecido, bueno, ojoloco moody, pero le falta el ojo mágico

Unknown dijo...

Me gusta el dibujo. Una pena que Harry me cause retortijones, porque si no leería todo.

... dijo...

Debe ser que tengo el día tonto... pero me habeis echo llorar.
Y ahora voy a lavarme la cara para que no se note.

- YOGUR - dijo...

Que artículo tan bonito y tan de corazón.

¡Harry Potter forever!