sábado, 4 de agosto de 2007

Defendiendo lo Indefendido: Guía del Autoestopista Galáctico

Recuerdo cuando les decía a algunas personas que conozco que “Guía del Autoestopista Galáctico” era una película que quería tener, o al menos que me apetecía ver antes de morir, y la gente me miraba como si hubiera enloquecido definitivamente, como si el único tipo de películas que viera son de arte y ensayo: señores, ¡¡yo pagué una entrada por ver Garfield!! Hace años que enloquecí completamente (jajajajaJAJAJAJAJA...me centro, me centro). No porque fuera un fan del best-seller de Douglas Adam, del que jamás en mi vida había oído hablar, sino porque el film, si bien no había sido un éxito de crítica ni de taquilla (al menos en España), tenía pinta de ser un auténtico disparate, pero no al estilo de sagas como (brrr) Scary Movie, donde lo que prima es el humor grueso, simple, escatológico, racista, misógino y homófobo, basado cada vez más en parodiar cuántas más películas, mejor, y que de entre tanta morralla se salve algún chiste logrado (como alguno ya presente en el trailer de la 4ª parte). Esta era un disparate a la inglesa, lo cual no quiere decir que sea más hilarante, pero si probablemente más disparatado y ácido que el del que presumen los yankis.


Si ya siendo inglesa la película ganaba unos cuantos puntos, lo que también la hacía subir enteros era el inmejorable reparto del que hacía gala la peli. Si alguno de ustedes ha visto esa joyita de historias amorosas cruzadas llamada “Love Actually”, reconocerá en el film a algunos de los más excéntricos actores de aquella historia: el protagonista es el semidesconocido Martin Freeman (en un papel que iba a interpretar Hugh Grant en un principio), que en “Love Actually” tomaba el entrañable rol del tímido doble de actor porno que se enamoraba de su compañera de reparto; otro de los secundarios imprescindibles en “Guía...” es Bill Nighy, vieja gloria del rock en “Love Actually” (y visto recientemente por mucha gente como el excelente Davy Jones en la segunda y tercera parte de “Piratas del Caribe”), que aquí se reserva un brillante papel hacia el final. Otros actores conocidos que intervienen aquí son Alan Rickman (el Snape de Harry Potter, aquí haciendo de narrador), John Malkovich, Mos Def (que hace poco acompañaba a Bruce Willis en “16 Calles”, última película dirigida por Richard Donner), Sam Rockwell (protagonista de la opera prima en la dirección de George Clooney) o Helen Mirren (“The Queen”).


La peli comienza de manera genial, perfecta, y es solo un aperitivo de los disparates que están por venir, con los delfines abandonando la Tierra al son de “Gracias por todo el pescado!”. Después se presentan los personajes principales, a los cuales en 2 minutos los conoces como si fueran colegas de toda la vida, gracias tanto a un guión muy equilibrado como a unos actores perfectos en sus papeles (hasta Sam Rockwell, el más histriónico y disparatado del reparto no desentona en exceso). Así, poco a poco vamos conociendo a muchas de las diversas razas que pueblan la galaxia, entre las que destacan los vogones, nacidos para gobernantes, aunque no tengan conocimiento alguno de nada, y no hagan nada hasta no rellenar el correspondiente impreso. Es esto precisamente, la ironía, los paralelismos y la mala leche a la hora de describir el panorama galáctico, lo que destaca de una historia en sí, bastante sencilla, pero que, una vez que la Tierra es destruida por un genial motivo que ahora no viene al caso, se va enrevesando minuto a minuto para formar un genial tapiz de perfectos y alocados personajes secundarios, entre los que destaca por encima de cualquier otro el robot Marvin, de tendencias maníaco depresivas, que se erige en lo mejor de la película.


Por último, destacar la notable ausencia de efectos especiales generados por ordenador. Es decir, haberlos hailos, pero a diferencia de casi cualquier película made in Hollywood, gran parte de los efectos son reales: las naves, los marcianos (creados por la empresa de Jim Henson (sí, sí, el de los teleñecos), casi todo en este film es real, lo que contribuye a otorgarle al film un mayor sentimiento de autenticidad, de honestidad.


En resumen, una peli cachonda, hecha no sólo para pasar un buen rato con los colegas, sino para reírse de uno mismo, para ver buenas escenas de ciencia ficción, para seguir la historia de amor del protagonista, o simplemente para reírse con los comentarios de Marvin o la caída desde el espacio de una ballena y su reacción al ver el suelo. Un film injustamente indefendido.


2 comentarios:

Yeray García dijo...

A mi esa pelicula me encanta!!!!!!

Anónimo dijo...

la del guía autoestopista galáctico no la he visto, pero parece divertida, la de love actually sí, es divertida tb y con un excelente reparto, viene de fábula para ponerla un 24 de diciembre por la plasmación comercial que da de la navidad, a diferencia del resto que suelen poner en esa fecha por tv.