Guest Starring Agustín: Historia de un mini-héroe

Meteoritos de plástico, avioncitos de papel, adornos planetarios, cómics esparcidos por todos lados y un sin fin de muñequitos con capa, eran algunos de los objetos que guille guardaba en su habitación, o como la llamaba él, “la cueva secreta de arriba”, a sus once años, tenía una imaginación que se podría calificar como brillante, aunque sus notas escolares no tenían nada que ver con eso, siempre reprobaba alguna, era habitual, aunque a él no le agradaba mucho…

Los padres de guille eran exigentes y justos, es decir, como lo son la mayoría de los padres, buenos educadores, comprensivos, y por sobre todo, un poquito permisivos algunas veces, su alegría siempre contagiaba al barrio, su felicidad no tenía precio.

Lo bueno de guille era, que como cualquier niño, le gustaba hacer travesuras con sus amiguitos, travesuras que eran de lo mas raras y que ni sus propios amigos lograban entender; hoy era sábado y el día estaba espléndido, gracias a dios, guille no descuidó su tarea y realizó los deberes del cole en un santiamén, eran las 17:00 y después de merendar, salió a juntarse con sus amigos y a tratar de pasarla bien.

Los dos amigos vestían de vaqueros y camisetas con diversas inscripciones de grandes superhéroes del mundo del cómic, mientras que guille iba prácticamente disfrazado del hombre araña, personaje que le apasionaba y que muchas veces, le robó noches de sueño leyendo una y otra vez sus cómics, con un pantalón azulino, y una camiseta del trepamuros, llevaba la máscara escondida en su bolsillo, porque por suerte, hacía mucho calor…

Esta vez tocaba “toca y corre”, nombre denominado por guille, quien otro sino, y que simplemente consistía en tocar el timbre ha alguna vecina, y salir corriendo a todo trapo, encontraron una pequeña casita no muy lejos, y uno de sus amigos, Juan, invitó a su brazo a realizar dicha osadía, mientras que sus otros dos amigos, lo animaban con euforia y exaltación; RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!!

No pasaron ni tres segundos, cuando los tres ya se encontraban doblando la esquina, la adrenalina puede ayudar algunas veces, y a estos chicos, les sobraba a chorros; siguieron así hasta las 17:40, fatigas, cansancio, sed y muchos más factores acometían sobre nuestros traviesos amigos.

Sin embargo, la aventura no terminaría ahí, guille fue el primero en divisar una nube de humo negro a lo lejos, que parecía ser cada vez mas grande, Juan los insito a que fueran, pero solo guille aceptó, seba no quiso saber nada y se quedó allí, mientras que sus dos compatriotas corrieron con las pocas fuerzas que les quedaban, llegaron rápido, y el espectáculo era indescriptible, ambos pensaron estar en la escena de la segunda película del hombre araña, en donde una casa aquejaba las mismas llamas que en esta otra, mientras una gran cantidad de personas se acercaban al lugar de los hechos, y mientras Juan miraba asombrado, a guille no se le ocurrió mejor idea que colocarse la máscara y entrar….nadie se percató de aquel hecho, simplemente los gritos y llantos eran muy grandes como para darse cuenta de algo, a guille no le gustaban las comparaciones, y mucho menos cuando se trataban de sus superhéroes, “diferenciar la realidad de la ficción es algo estúpido, ¿quién dijo que nadie puede volar?¿ Alguien lo ha demostrado?”, esa había sido su respuesta en clase que le costó una amonestación, y un gran asombro por parte de los profesores; así que, con todo su orgullo de superhéroe, se adentró con una rapidez que nadie hubiese creído; de fondo, el llanto de una niña de aproximadamente siete años, percató a nuestro mini-héroe, y dejándose llevar por el sentido de la orientación, llegó al lugar en donde la niña permanecía atrapada con algunas frazadas, la agarró y la sujetó fuerte a él, y trató de salir, pero las llamas eran demasiado grandes, guille parecía estar viniendo en si, y dándose cuenta de donde estaba metido, aquello era el infierno, la casa empezó a derrumbarse, ya nada podía hacer, estaba atrapado, cuando todo parecía perdido, una sirena le devolvió el sentido de la vida, y colocándose la frazada como si se tratase de una capa, corrió con el peso de la niña y pasó delante de una gran llamarada, al saltar, el piso en el que se apoyó se partió, y se cayó junto con los dos, nada grave, consiguió bajar las escaleras y correr hacía la salida, en ese momento, varios bomberos se dirigían a la casa, una ambulancia se encargó de la pequeña y de él, le faltaba aire, y sorpresivamente guillé se desmayó, la niña sin embargo, resultó ilesa.

Guille despertó en el hospital junto a sus padres, y uno de los médicos, que se encontraba allí; felizmente, su valentía había sido amable con él, pero eso no lo salvó de una gran y seria conversación con sus padres, que de vez de castigarlo, lo felicitaron por su heroica acción, pero haciéndolo entender, que aquello le podría haber costado la vida, mientras tanto, guille sonreía pensando que si se encontrara otra vez, con dicha situación, volvería hacerlo, tan solo para demostrarse a si mismo, que la realidad, puede a veces, superar a la ficción.

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